¿Qué es la psicoterapia?

Es increíble la cantidad finita de definiciones que se pueden presentar ante un solo término, en este caso, a la psicoterapia. Expresarlo de un solo modo es limitar las probabilidades del crecimiento y desarrollo de un tema. Es por eso por lo que diversos autores en las diferentes áreas se han encargado de manifestar un significado que, si bien, no engloba todo, sí enuncian una parte significativa.

La psicoterapia es como una melodía que baila por el viento ululando entre las copas de los árboles al atardecer, la cual es emitida por la calidez de la libertad que permite navegar por el mundo para así descubrir nuevos caminos que llevan hacia nuevos horizontes que se encuentran iluminados con colores que emocionan y estremecen a la vista.

«Según Ceberio y Des Champs (2000) la psicoterapia implica entre otras cosas, ética y responsabilidad, como también formación y capacitación, conocimiento de la teoría, experiencia clínica y por sobre todo una gran dosis de creatividad. Más allá de las diferencias de enfoques, el proceso de formación debe entenderse como un aprendizaje dinámico que mezcle epistemología, teoría, técnica y práctica. La formación debe ser un proceso permanente y continuo a lo largo de la vida profesional que asocie rigor e imaginación, pero sobre todo que genere la creatividad del terapeuta y respete el estilo del entrenado, ampliándole su gama de herramientas y recursos con miras a incrementar la eficacia de sus intervenciones».

(Chouhy, 2007).

De acuerdo con lo anterior, es posible visualizar que la psicoterapia es un tema de actualización constante para los profesionales que intervienen en el proceso de cambio. Sin embargo, eso no es todo, sino que también es de suma importancia que se mantenga un ambiente de creatividad e imaginación para incrementar los niveles de efectividad durante las intervenciones.

La psicoterapia como un arte

La psicoterapia es considerada como el arte de la curación psicológica desde la palabra, es decir, es una intervención en la que se realiza un proceso personalizado realizado por el psicoterapeuta y cliente. Aunque pueden involucrarse uno o varios profesionales como coterapeutas (profesionales capacitados para lograr un mayor bienestar emocional, personal y social a través de la búsqueda de alternativas que permitan el afrontamiento de diversas situaciones de la vida).

Al igual que un experto en el área del arte que utiliza los diversos conocimientos científicos, filosóficos y de la propia disciplina, el terapeuta es el artista de la psicoterapia, del cambio. Erich Fromm decía que un buen arte consta siempre de tres factores para que sea considerado como tal: un conocimiento técnico acabado, un talento excepcional del artista y el profundo amor que le profesa este artista a su propio arte. Por lo tanto, el terapeuta artista debería tener una formación integral como científico, filósofo y tener una pragmática de la vida humana que debe articular especialmente con el arte de vivir, (lo que proviene de un conocimiento profundo del drama humano, de la condición vital y existencial del ser humano).

El arte universal es una fuente inagotable de sabiduría hacia el fenómeno del drama humano. Saber de psicoterapia, tener talento para la psicoterapia y estar dotado de un conocimiento universal que se aproxime, deberían ser características propias de un terapeuta.

«Todo hombre es una obra de arte»

Nietzsche dijo: “todo hombre es una obra de arte”, en su proceso de convertirse en un ser humano auténtico. El proceso total realizado por ambos participantes del encuentro terapéutico es un proceso totalmente artístico, impredecible y original, trabajando ambos desde sus propias subjetividades y llegando a conclusiones que a su vez son creaciones intersubjetivas. La versión inicial de la persona que sufre ahora se ve ampliada, transformada, mutada, enriquecida y embellecida por la precisión existencial y ontológica del terapeuta y confirmada por la sensación de exactitud de la experimentación de la misma persona.

Ante lo anterior, se dice que la psicoterapia es un proceso artístico que nace de la libertad y del respeto, de la no intervención, y que es enteramente focalizado en el proceso auténtico de la persona, ya que su arte radica tanto en el pensar como en el sentir; y en la capacidad de ser lo suficientemente flexible como para permitirse ser creativo e inventar. Toda psicoterapia ayuda a crecer, a madurar, a aprender a templar el carácter, a disciplinarse y a ejercitarse para enfrentar las vicisitudes de la vida.

Es por eso por lo que la psicoterapia es considerada un arte, porque no es sólo un proceso analítico y declarativo si no que es proceso experiencial que sólo se puede entender forma plena si se ejecuta, no sólo si exclusivamente se lee de ello. Es una habilidad procedimental, no sólo declarativa.

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